Desconocimiento, costes y estigma: así afectan las barreras a la salud auditiva en España

La investigación sitúa el retraso medio en la atención a la pérdida auditiva en diez años, debido a factores como el estigma social, la falta de acceso a pruebas diagnósticas y las barreras económicas. En España, más de 1.000 personas han participado en el sondeo, revelando que el coste y el estigma siguen siendo factores relevantes para retrasar la consulta con un especialista.

En concreto, el 45% de los españoles señala las dificultades económicas como un obstáculo para cuidar su audición, y el 31% considera el estigma social una barrera. A ello se suma la percepción de que la pérdida auditiva es parte natural del envejecimiento (37%) o que puede autogestionarse sin ayuda profesional (32%).

Además, un 31% de los encuestados destaca las dificultades de acceso a pruebas diagnósticas periódicas, aunque solo el 22% considera el acceso a otorrinos o audiólogos como un problema, dato inferior al promedio internacional (27%).

Desde MED-EL, Julio Rodrigo Dacosta, director general para España y Portugal, subraya la necesidad de “campañas de concienciación y circuitos asistenciales ágiles que faciliten el diagnóstico temprano y eviten el aislamiento y deterioro cognitivo derivados de la hipoacusia no tratada”.

Por su parte, el Dr. Serafín Sánchez, jefe de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, insiste en que “la audición es clave para mantener la autonomía, la salud mental y las relaciones sociales”. El especialista también destaca la necesidad de formación entre profesionales sanitarios para reconocer la importancia de la audición.

Cambios por edad y género

La percepción de las barreras varía por edad: los jóvenes de entre 18 y 24 años mencionan el desconocimiento (66%) y el estigma (36%) con mayor frecuencia. En cambio, el grupo de mayores de 55 años muestra más preocupación por los costes (53%) y la dificultad para detectar una pérdida progresiva (38%).

Las mujeres, en general, son más sensibles a las barreras económicas (47% frente a 42% en hombres) y al acceso limitado a pruebas auditivas (34% frente a 28%). También reconocen en mayor medida el estigma social y la falta de información como obstáculos para una correcta salud auditiva.

Diferencias regionales

Los niveles de desconocimiento varían notablemente entre comunidades autónomas. Cántabros (75%) y madrileños (70%) lideran el ranking de quienes afirman no tener suficiente información sobre el impacto de la pérdida auditiva.

Asturias, Baleares, Comunidad Valenciana y Extremadura se sitúan a la cabeza en cuanto a preocupación por el coste del tratamiento. En cuanto al estigma, Asturias (48%) y Extremadura (45%) muestran los porcentajes más elevados.

Consecuencias del retraso

El retraso en el diagnóstico y tratamiento de la pérdida auditiva puede tener consecuencias graves: aislamiento, pérdida de oportunidades laborales, deterioro cognitivo y riesgo de depresión. “Detectar a tiempo y tratar con dispositivos adecuados mejora los resultados y evita un impacto negativo en la calidad de vida”, concluye Julio Rodrigo.

El Dr. Sánchez recuerda que “los implantes cocleares están cambiando vidas. Personas mayores que antes estaban confinadas en casa ahora pueden moverse por la ciudad, socializar y recuperar su autonomía”.