Ruido, cansancio y desconexión emocional: el impacto de la pérdida auditiva en las reuniones navideñas

La audición resulta clave para seguir el hilo conversacional, captar matices emocionales y disfrutar de bromas e historias familiares. Cuando esta capacidad se reduce, se resiente la participación social. “Si alguno de estos sentidos funciona por debajo de lo esperado tendemos a desconectarnos de las conversaciones, nos volvemos más pasivos socialmente, nos cansamos más rápidamente intentando compensar y nos perdemos detalles emocionales y momentos importantes que solo ocurren una vez al año”, explica Cristina Asensio, de Multiópticas, empresa que también trabaja en el segmento de la audiología.

Un esfuerzo cognitivo agotador

El ambiente sonoro propio de estas celebraciones —música, voces superpuestas y ruido de fondo— genera un efecto de “enmascaramiento”, que obliga al cerebro a realizar un mayor esfuerzo para separar la voz relevante del resto. Las personas con pérdida auditiva disponen de menos capacidad para filtrar y priorizar sonidos, lo que puede convertir una conversación cotidiana en un auténtico reto agotador.

Los datos dimensionan el problema: según EuroTrack 2023, 4,6 millones de personas en España (el 10,6% de la población) presentan dificultades auditivas, y el 60% no utiliza audífonos pese a los beneficios demostrados en comprensión, bienestar emocional y participación social.

Impacto emocional: frustración y desconexión

Más allá del esfuerzo auditivo, Asensio señala consecuencias psicológicas: frustración, malentendidos y tendencia a la autolimitación social. “Una persona con pérdida auditiva puede sentirse fuera del grupo, evitar preguntar por miedo a molestar o avergonzarse al pedir que repitan. También aumenta el cansancio mental y la sensación de desconexión, incluso rodeado de seres queridos. La mala visión genera un impacto similar al dificultar la identificación de gestos o caras”, apunta.

Cómo ayudar… y cuándo revisar la audición

Detectar señales tempranas puede ser determinante, especialmente en familiares mayores: subir en exceso el volumen de la televisión, pedir que repitan de forma habitual, responder de manera incongruente o tener problemas para entender en ambientes ruidosos son síntomas de alarma.

Para favorecer la inclusión social durante estas fechas, Asensio recomienda sentar a la persona cerca del centro de la conversación, hablar de frente y con buena iluminación, reducir música o ruidos innecesarios y mantener una actitud paciente e integradora.

Con la vista puesta en unas fiestas más accesibles, los profesionales subrayan la importancia de revisiones periódicas y abordaje precoz para evitar que la pérdida auditiva limite la vida emocional y relacional en la época del año en la que sentirse acompañado importa más que nunca.